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Retrospectiva de una semana cultural allá por el 2008

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Extracto del libro de registro de opiniones sobre la 1ª Semana Cultural de las regiones polares.

El Año Polar Internacional IPY 2007-2008 (API España)
Los Años Polares Internacionales tienen como objetivo aglutinar y coordinar, a nivel mundial, los recursos materiales y científicos de todas las naciones adheridas, para el estudio de las regiones polares. La dificultad en el acceso y en la exploración de los diversos ecosistemas de las indicadas regiones, han hecho necesaria esta reunión de esfuerzos, ya que, sin ellos, no sería posible el avance de la ciencia en las diversas disciplinas que los contemplan. La importancia de la información que se oculta en el hielo de los glaciares, en la banquisa, en la atmósfera, además de en los mares y océanos del ártico y de la Antártida, es crucial para el conocimiento de la evolución futura del clima mundial, ya que depende y dependerá, en gran medida, de lo que ocurra en los polos.

Desde la primera iniciativa surgida en los años 1882-83, en la que se organizaron 15 expediciones, solo tres veces más se ha repetido la historia de este evento internacional: en 1932-33, en 1957-58 y en 2007-08. En este último cuarto Año Polar, en el que se celebró el 125 aniversario del primero, se reunió a cerca de 50.000 científicos de más de 60 países en torno a un global aproximado de 220 proyectos de investigación. España y por motivos políticos y económicos de la época, no se incorporó al Tratado Antártico hasta la década de los 80 y no participó como miembro en pleno derecho hasta el año 1988, en el que instaló su primera base Antártica en la isla de Livingston, del grupo de las Shetland del sur, denominada Juan Carlos I. Fue pues, en esa campaña de los años 2007-08, la primera vez que España participó en el Año Polar Internacional y, por ende, ese acontecimiento se convirtió en una referencia histórica a nivel nacional.

1ª Semana de divulgación cultural sobre las regiones polares 2008
Como resultado de esa coyuntura y motivado por el reciente viaje a Groenlandia que realicé en julio del año 2007, inicié el proyecto de la 1ª Semana Cultural de las Regiones Polares, la cual dirigí y que se desarrolló en la localidad de Pallejà. En ella se ofertaron una serie de actividades, entre los días 14 y 26 de noviembre de 2008, cuyo objetivo fue el descubrimiento y la divulgación de las peculiaridades de dichas regiones; tanto a nivel científico, en relación al cambio climático o a la dinámica de su existencia, como a nivel lúdico o cultural, a través del descubrimiento del modo de vida de los Inuit, sus personajes históricos o sus exploraciones y aventuras más recientes.

A través de conferencias, diaporamas, documentales e imágenes nos fuimos internando en ese otro mundo, desconocido y misterioso para muchos, que flotaba en los extremos sur y norte de nuestro planeta. Emprendimos pues un viaje que, si bien era ficticio para muchos, no por ello dejó de ser un estímulo para el conocimiento y, sobre todo, para la sensibilización hacia la belleza de una Tierra única y sorprendente, que a veces olvidamos…

El leitmotiv: sus protagonistas
Entre los personajes reconocidos en ese ámbito y como organizador de los eventos y autor de la exposición fotográfica “Groenlandia: un viaje hacia los azules” tuve la suerte de conocer y trabajar junto a Josefina Castellví, doctora en ciencias biológicas, oceanógrafa y profesora de investigación del CSIC. Esta mujer, encantadora además de excelente comunicadora y de trato sencillo y cercano, fue pionera en 1988 en la base antártica española Juan Carlos I. Entre sus muchos reconocimientos figuraban, hasta la fecha, el Premio Nacional de la Sociedad Geográfica Española, la Cruz de Sant Jordi de la Generalitat de Cataluña, la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio y la Medalla Narcís Monturiol, entre otros.  Una autentica personalidad. Por aquel entonces, hace 12 años, me dijo que apenas realizaba conferencias, que le resultaba un tanto agotador a sus 73 años. Pero y con la ilusión de su participación por bandera, le insistí recordándole sus propias palabras en una entrevista que había visto en televisión, donde apuntaba que, «sin insistencia difícilmente se conseguían los objetivos». Finalmente, con agrado y alguna que otra sonrisa por mis quiebros verbales, accedió. La recogí en su casa, realizó la conferencia y la devolví, horas después, al mismo lugar donde nos habíamos encontrado en una céntrica calle de Barcelona. Su didáctica y sus razonamientos fueron memorables y aún son recordados por algún que otro asistente que me lo refiere. Actualmente y a sus 85 años sigue en activo divulgando su conocimiento y su historia en unos y otros lugares. Solo una cosa me quedo pendiente y es que se fue sin firmar el poster de su conferencia; quizá la llame por si tuviera a bien corregir mi descuido doce años después.

Por otro lado, y aunque ya lo había conocido en mi viaje a Groenlandia, contamos con la participación de Ramón Larramendi, explorador en las primeras expediciones españolas al Polo Norte geográfico y magnético con esquís. Había sido el alma máter de la Expedición Circumpolar, en la que recorrió 14.000 kilómetros en trineo de perros y kayak durante tres años (1990-93); viaje considerado el más importante en la exploración geográfica española del S. XX.  Además, Ramón también era popular por ser colaborador habitual de Al Filo de lo Imposible para las expediciones Polares desde 1998. Entre otras cosas fue el inventor del Catamarán Polar, hablaba inuit, y vivía a caballo entre Madrid y Groenlandia.

A parte de su currículum, imposible de citar más allá de este escueto resumen, resaltar su carácter desenfadado, afable y entusiasta, así como su voluntad férrea; para que nos hagamos una idea, recorrió toda la costa española durante un año para aprender a manejar un kayak. Contacté con él por teléfono y le expuse el proyecto con el ánimo de que participara en las jornadas; agenda apretada, 500 kms de distancia en ese momento (por suerte estaba en Madrid y no en Groenlandia), poco presupuesto para cubrir sus honorarios, en resumen, un salto al vacío más que una propuesta sólida para un personaje de su nivel. Pero y como todo en la vida, con buena voluntad de entendimiento por las dos partes, un alto grado de generosidad en su discurso y la sinceridad más absoluta que me caracteriza, conseguimos encontrar un día y una hora para su conferencia, aprovechando un milagroso viaje que tenía programado a Barcelona por esas fechas. Toda una suerte que nos permitió contar con su presencia y con sus espectaculares aventuras que contó con una naturalidad sorprendente. A Ramón sí que le hice firmar el poster, afortunadamente.

El tercer personaje que os quería presentar se llama Francesc Bailón Trueba, actualmente y desde aquel entonces, un amigo; otro gran problema si intento condensar su actividad en unas pocas frases. Solo os diré que es Antropólogo especializado en cultura Inuit y, actualmente, un referente mundial en esté ámbito. Autor de los libros Los poetas del Ártico. Historias de Groenlandia (2012), Los inuit. Cazadores del Gran Norte (2015) y Els poetes de l’Àrtic. Històries de Groenlàndia (2016); si os interesan son muy interesantes, enriquecedores y fáciles de encontrar por internet. Ha realizado más de 35 expediciones al ártico y es asesor de casi todo lo que tenga que ver con esta cultura; periódicos, radio, publicaciones, películas (Nadie quiere la noche de Isabel Coixet entre otras), documentales y demás. Vivaz y emprendedor como pocos y un entusiasta acérrimo de las tierras polares (por cierto, hace mucho tiempo que no lo llamo). Contacté con él por casualidad, buscando información en la red sobre especialistas en estas regiones. Poco tuvimos que hablar para llegar a un acuerdo; dos actividades, una pequeña charla y una olimpiada Inuit para niños y una conferencia más seria sobre antropología Inuit. Un comunicador de primer orden; claro, sencillo y emotivo. Lo primero que aprendí de él es que la palabra esquimal no les gusta en absoluto (significa los que comen carne cruda) y que su verdadera denominación como pueblo es Inuit (personas o seres humanos). Poco tiempo después de conocernos quedamos algunas veces para charlar y comentar algunos proyectos futuros. Durante esa época, lo recuerdo bien, me traslado su interés por dedicarse plenamente a su pasión y bien que lo consiguió. Me incluyó en los agradecimientos de su primer libro y desde aquí le doy las gracias por ello; siempre es bienvenido saber que has aportado algo positivo al sueño de alguien.

Para finalizar unas notas sobre Ricardo Martínez, el primer conferenciante del ciclo y amigos desde hace muchos años. Ricardo siempre ha sido un devorador nato de libros de historia de la ciencia y un entusiasta de la astronomía y en concreto del sol. Fue presidente de la Asociación Aster en uno de los mejores periodos de la trayectoria de esta entidad. Mi propuesta fue simple: le invité a que nos hablara de los pioneros en la conquista de los polos. Desde el primer momento le gustó la idea y aunque tenía algunas nociones, tal y como es él, se propuso ahondar en la cuestión. Pasaron los días y nuestras conversaciones telefónicas desvelaron lo obvio para mí; se estaba convirtiendo en un verdadero experto en esa cuestión. La infinidad de libros leídos, datos recopilados, fechas, acontecimientos, nombres, lugares, rutas, anécdotas y un sinfín de detalles incontrolables fluían por su mente a la velocidad del rayo. Ahora el problema era otro; filtrar la ingente información que tenía para condensarla en no más de hora y media, cuando, sin mucho esfuerzo, podía haber estado divulgando días enteros con sus noches incluidas. Ricardo, desde que lo conozco, siempre ha sido así: una mente despierta y meticulosa que escudriña hasta el más mínimo detalle de la información que le interesa y cae en sus manos. Es así, que desde hace unos años se interesó por el científico Josep Comas i Solà y actualmente, sin concesiones, posee la mejor biblioteca histórica sobre este personaje además de ser, sin lugar a dudas, el mayor experto mundial en su vida y obra. Ricardo y yo hemos compartido varios proyectos de mayor o menor envergadura y me costa la confianza que tiene en mí; un gran aliciente en los tiempos que corren. Finalmente, y con una pequeña colaboración multimedia por mi parte, realizó su conferencia abriendo las puertas a esa primera semana cultural de las regiones polares.

Epílogo necesario
En algunas de mis manifestaciones culturales, he tenido por costumbre dejar un libro de registro para recoger la opinión de las personas que han asistido y de las que han aportado su conocimiento. Así lo hice también en la exposición fotográfica Groenlandia: un viaje hacia los azules y por supuesto en la semana cultural. En él se manifestaron, dejando su opinión, los conferenciantes de los que os he hablado, como un bello recuerdo del que, al revisarlo, ha surgido este redactado. Sus letras y sus firmas figuran en la foto del encabezado y aunque solo son unos trazos azules sobre el blanco de un papel, confirman ese pequeño tiempo de mi historia personal, en el que confluyeron nuestros caminos. Ellos han hecho y hacen historia, yo solo la he vivido de cerca durante un breve tiempo, pero su cercanía me aportó la vivencia de lo humilde y lo extraordinario, valores de escasa abundancia y muy gratificantes, cuando surgen, de tanto en tanto, en las experiencias asociadas a tu vida. Esta es pues mi retrospectiva a esa latitud del pasado, donde lo más importante fueron las personas, hecho que, como siempre, perdura por encima de todo lo demás.  

NB: Desde aquí un humilde recordatorio para el desaparecido Toni Nadal, popular metereólogo de TV3, que colaboró con el discurso de apertura de la semana cultural.

© Agosto 2020, Miguel F. Martín

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